Si bien hasta el año 1994 la ley cubana no permitía el establecimiento de empresas de capital extranjero, en la actualidad el tejido empresarial cubano está compuesto por dos tipos de empresas: las empresas del gobierno y las empresas mixtas (mitad del gobierno, mitad de una empresa extranjera).
Cuando las empresas mixtas se establecen en Cuba, lo hacen mediante una adjudicación para un periodo de años determinado. La mitad cubana aporta la burocracia, los terrenos y los edificios mientras que la mitad extranjera aporta el know-how en la materia y la maquinaria en los casos en los que aplica.
Ello implica algunas particularidades en el día a día: la empresa tiene dos copresidentes con la misma autoridad (la del gobierno y la de la empresa extranjera), los sueldos siguen estando estipulados y gestionados por el gobierno, los beneficios sociales están también regulados por el gobierno (para evitar desequilibrios en el sistema), los beneficios de la actividad se reparten entre el gobierno y la compañía extranjera, etc.